En nuestra experiencia en este campo, hemos podido comprobar que el mantenimiento de sistemas solares térmicos es un punto realmente importante a la hora de disfrutar de una instalación en óptimas condiciones. No en vano, una instalación defectuosa será síntoma de mal funcionamiento o de un rendimiento deficiente.

Para evitar situaciones poco aconsejables, lo ideal será apostar por un cuidado constante y revisiones periódicas que puedan asegurar el perfecto estado de revista. De esta forma, en nuestro hogar o en nuestra comunidad se podrán disfrutar de todas las grandes ventajas que ofrecen las instalaciones solares térmicas para ACS.

Dentro del buen mantenimiento de sistemas solares térmicos, el primer punto que deberemos tener en cuenta es el hecho de detectar si la instalación está funcionando de manera correcta. Un buen método para averiguarlo es ir comparando las lecturas y facturas mes a mes, de manera que detectemos si estamos disfrutando del ahorro prometido.

En caso contrario, son varios los puntos que deberemos tener en cuenta a la hora de asegurar un buen funcionamiento, aumentar la fiabilidad y prolongar la vida útil de toda nuestra instalación. Los principales son:

1. Plan de vigilancia: Se trata de un plan en el que se vigilen los principales parámetros, como pueden ser el circuito primario, captadores o circuito secundario.
2. Plan de mantenimiento: Consiste principalmente en una revisión anual para todas las instalaciones cuya superficie total de captación será menor a 20 metros cuadrados. Para las mayores, las que superen ese umbral, se recomienda que las revisiones sean semestrales. Recuerda que estos exámenes siempre deben ser realizados por personal técnico experimentado y competente en esta tecnología. Del mismo modo, cada instalación tiene que contar con un libro de mantenimiento propio. De esta forma, se podrán conocer todas las operaciones realizadas en ella.

En este sentido, existen dos líneas de actuación en el mantenimiento de sistemas solares térmicos. Por un lado, el preventivo, consistente en operaciones de inspección visual y de verificación para comprobar que todo se encuentra dentro de los límites aceptables. Por el otro, operaciones correctivas para dar solución a cualquiera de las incidencias detectadas en las operaciones de vigilancia.